Shame.

[LA SIGUIENTE ENTRADA NO CONTIENE SPOILERS SOBRE LA PELÍCULA EN CUESTIÓN]

Un filme británico que trata muy de cerca una enfermedad que se piensa que es un verdadero placer: la adicción al sexo. Con el guión y bajo la dirección de Steve McQueen, Michael Fassbender da toda su capacidad interpretativa en esta cinta olvidada por la Academia.

SHAME.

Shame nos presenta la vida de Brandon (Michael Fassbender), un joven que reside en Nueva York con una serie de problemas que le hace incontrolable su obsesión por el sexo. Ya sea mediante citas esporádicas, pornografía o prostitución, Brandon tiene una sed sexual que no es capaz de saciar, lo que le impide tener relaciones con personas a las que valoraría realmente.

Todo cambia en la vida del protagonista cuando se presenta en su casa su hermana pequeña Sissy (Carey Mulligan), que pondrá patas arriba la esquematizada vida que posee Brandon, ya que la primera intención de Sissy será quedarse unos días que aprovechara para visitar Nueva York.

Este es el segundo trabajo de la dupla McQueen-Fassbender tras la aclamada Hunger, una película de culto donde el irlandés interpreta a un presidiario que lleva a cabo una huelga de hambre. Además, el rol de Carey Mulligan deja claro que es una actriz con un prometedor futuro, ya que Shame fue solo el principio de una carrera de ámbito internacional que comenzó con Wall Street 2: Money Never Sleeps y a la que le han seguido títulos como The Great Gatsby o Suffragette.

Calificación de la historia: 7/10 (Un argumento sencillo que engancha por su simpleza impactante).

Calificación del reparto: 8/10 (Excepcional Fassbender, probablemente una de las mejores interpretaciones de su carrera).

Observación final: Una película poco conocida para la calidad que atesora.

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